Alto Paraná es uno de los principales departamentos productores de soja del país. El presidente de la Coordinadora Agrícola del Paraguay, Rubén Sanabria, explica que en esta región, el 15% de la producción es soja muy tempranera, que se cosecha desde el 15 de enero. El 60% de la producción es de soja mediana, que es la más productiva. Y el 20% de la producción es soja muy tardía, para cosechar a fines de febrero y en marzo.
Sanabria afirma que el glifosato es de franja verde y que, por ello, se utiliza el agroquímico en dos etapas de la producción, primero como secante, o sea, para desecar las malezas antes de sembrar las semillas de soja. Posteriormente se lo emplea como herbicida.
También se usa como secante y herbicida al paraquat que, según el dirigente del sector agrícola, “está permitido mundialmente. Hay un debate y parece que se tiende a la prohibición, pero aún está permitido. De todos modos, es un producto que se aplica de manera controlada. Se debe tener un recetario, si no, no te venden el producto, es controlada su aplicación”.
Sin embargo, y pese a que su uso está permitido en Paraguay, a nivel mundial el glifosato está siendo ampliamente cuestionado por daños en la salud de personas que trabajan en su uso y otras que, viviendo en comunidades cercana a sojales y otros cultivos, acaban absorbiendo el tóxico. En marzo de este 2015 se dio a conocer una investigación del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que indica que “probablemente”, el glifosato sea cancerígeno.
“Hay pruebas convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y pruebas limitadas en humanos (linfoma no Hodgkin)”, dice el informe científico publicado en el porta de Iarc y en la revista The Lancet Oncology.
Según Senave, en el 2009 entraron al país, 5.125.880 kilos de Glifosato, 6.828.880 litros del mismo agroquímico y 153.600 litros de Glifosato Sal de Potasio. En el 2013, fueron importadas 16.606 toneladas de glifosato en distintas presentaciones o con distintos grados de concentración.
El uso de glifosato está prohibido en Tasmania, Suiza y, a partir de este 2015, en Holanda y Sri Lanka. Igualmente se prohibió en algunos municipios de Canadá y, en España, en los distritos de Tenerife, El Tanque y Santiago del Teigue. En abril del 2014, el Máximo Tribunal de lo Contencioso Administrativo prohibió en Colombia la fumigación con glifosato de parques nacionales naturales donde haya plantaciones ilícitas.
Este año, en la revista Global Research, Christina Sarich dice que en Sri Lanka, un nuevo estudio prueba que los campesinos que estuvieron expuestos al glifosato a través del consumo de agua de pozo, son 5 veces más susceptibles a desarrollar insuficiencia renal crónica. Ya años atrás, otras investigaciones encontraron relación entre las intoxicaciones por los agroquímicos paraquat, diquat y organofosfatos con episodios repetidos de daño renal agudo.
Así también existen denuncias de niños y adultos con problemas de salud que van de lesiones en la piel hasta consecuencias nefrológicas y respiratorias por contacto con glifosato, en poblaciones cercanas a sojales en Argentina, Brasil y otros países de la región. Las denuncias son similares a las que realizan permanentemente los campesinos paraguayos.
En El Salvador, un equipo de médicos liderados por el médico Carlos Orantes investigó las causas que estaban produciendo insuficiencia renal crónica en sus conciudadanos, ya que en el 2011 fue la primera causa de muerte hospitalaria en los hombres y la quinta en mujeres. Los pacientes habían tenido antecedentes de edad avanzada, hipertensión, ocupación en la agricultura, historia familiar de enfermedad renal crónica y contacto con agroquímicos. “Enfrentamos una nueva forma de enfermedad renal que podría denominarse nefropatía agrícola”, concluye el estudio.
De hecho, tantos son los pacientes que adquirieron la “enfermedad renal crónica de etiología desconocida” luego de haber estado en contacto con agroquímicos, que el médico Saroj Jayasinghe propone cambiar el nombre del mal a “nefropatía crónica por agroquímicos” con el objetivo de “resaltar su etiología más probable y llamar la atención sobre esta patología”, indica el profesional en una publicación realizada en la revista web www.medicc.org. Jayasinhe es especialista en medicina interna, profesor, del departamento de medicina clínica en la Facultad de Medicina, Universidad de Colombo, Sri Lanka.
En el 2013, se importaron al país 3.817 toneladas de Paraquat 42%, según Senave. Ya en el 2009 habían ingresado 635.580 kilos y 1.624.220 litros de Paraquat, y 14.400 litros de la mezcla Paraquat + Diuron.
El paraquat, cuya venta es regulada pero está permitido en Paraguay, integra “La Docena Sucia” contra la cual hay una campaña emprendida por la PAN (Pesticides Action Network) desde 1985 y a nivel mundial. Es considerado un químico extremadamente tóxico para plantas y animales, especialmente peces. En el ser humano, se alerta que la inhalación y el contacto con la piel pueden provocar tos y sangre en la nariz y daños irreversibles en los pulmones, además de lesiones irreversibles en el hígado o los riñones. Ingerir una sola cucharita del compuesto, puede ser fatal.
El paraquat está prohibido en 36 países, entre los que se encuentran Filandia, Noruega, la ex Unión Soviética y Suecia. Su uso está restringido en Uruguay, Alemania, Hungría, Israel, Nueva Zelanda, Bagladesh, Filipinas, Estados Unidos.
De acuerdo al Senave, en el 2013 Paraguay importó 1.400 toneladas de Atrazina 90%. La atrazina es considerada un químico altamente tóxico. Estudios demostraron que provoca alteraciones en las funciones del corazón, hígado y riñón. Interfiere con el sistema endócrino provocando problemas de reproducción.
Investigaciones realizadas en Estados Unidos indican que comunidades que usaron agua contaminada con atrazina tienen una mayor incidencia de nacimientos de bebés con malformaciones congénitas. Su uso está prohibido en Italia, Alemania, Suecia, Países Bajos, Austria, Hungría, y es severamente restringido en el Reino Unidos.
Estos son sólo algunos de los agroquímicos permitidos y de uso corriente en nuestro país. Hay una larga lista de carbamatos, organofosforados y piretroides importados y empleados Paraguay, que son considerados altamente tóxicos e incluso prohibidos en otros puntos del mundo. Entre ellos se encuentran también el 2,4-D, el acefato, imidacloprid, fipronil, tiametoxiam, thiodicarb y el metomil. Países donde estos últimos están prohibidos y los daños que ocasionan a la salud, pueden encontrarse en el adjunto a este material.