En el 2009, los registros de Senave indican que ingresaron al Paraguay 269.000 kilos de 2,4-D y 2.880 kilos de la fórmula compuesta por 2,4-D y Picloram; además de 187.000 litros de 2,4-D; 632.875 litros de 2,4-D con Amina; y 149.480 litros de Picloram + 2,4 D Amina.
El 2,4-D es un herbicida considerado tóxico. Puede producir vómitos, diarrea, debilidad, sudoración, pérdida de la visión, severa dermatitis, además de ser neurotóxico y tóxico para el hígado y los riñones. Estudios lo asocian, como efectos crónicos, a la aparición de linfomas non Hodgkin. También es considerado como alterador del sistema endócrino y reproductor.
Así también, el 2,4-D es tóxico para peces, insectos, pájaros y la vida silvestre en general, reduciendo su número y retardando la tasa de recuperación. Entre otros países, está prohibido en Colombia, Suecia y Belice. Es restringido en Guatemala y Estados Unidos desde 1.967.
Al Paraguay ingresaron, en el 2009, 1.132.204 kilos y 13.800 litros de Acefato, según Senave. El Acefato es un insecticida y acaricida organofosforado sistémico, que se caracteriza por tener un fuerte olor a ajo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo clasifica como poco peligroso. Según la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, hay evidencias indicativas de carcinogenicidad, pero insuficientes para evaluar el potencial de carcinogenicidad en seres humanos. Esta sustancia es altamente tóxica para las abejas, moderadamente tóxica para aves y menos tóxica para peces. Su uso está prohibido en Europa, China, Sri Lanka, Samoa, y controlado en Indonesia
Senave también tiene registrado, en el 2009, el ingreso de 67.150 kilos y 95.967 litros de Fipronil; 91.972 litros de Imidacloprid en su fórmula natural, 20.000 litros de Imidacloprid + Beta Ciflutrin y 22.000 litros de Imidacloprid + Tiodicarb.
El imidacloprid, fipronil y thiemetoxiam (también permitido en Paraguay), fueron prohibidos en la Unión Europea a partir de este 2015. Además de acabar con ciertas plagas que dañan los cultivos y existir el posible riesgo de provocar enfermedades en los agricultores, reducen la población de insectos benéficos para el ambiente, como son las abejas, elementos claves para la polinización y producción agrícola.
El Imidacloprid provoca daños en el hígado, aumentándolo de tamaño y produciendo insuficiencia hepática, anemia y alteraciones de las células. A largo plazo podría provocar cáncer y, en mujeres embarazadas, daños en el feto en gestación.
Unos 208.720 kilos y 275.244 litros de Metomil se importaron a Paraguay en el 2009, según Senave. El Metomil es un insecticida carbamato considerado altamente tóxico. Como efectos crónicos podría tener posibles efectos mutágenos, puede ser tóxico para los riñones y producir anemia aplásica, además de provocar neuropatía periférica. Es alterador del sistema reproductor y endocrino. En el medio ambiente es peligroso para aves, peces, abejas y otros insectos benéficos. Su uso está prohibido en Malasia y controlado en Estados Unidos.